La Sagrada Familia: ¿Una Vida Familiar Perfecta?
Este domingo después de la Navidad es la Fiesta de la Sagrada Familia. Jesús, María y José son el modelo perfecto para las familias. Su vida familiar en el hogar de Nazaret era lo que se dice “heaven on earth” (“un cielo en la Tierra”), porque su amor y su unidad eran como un espejo del amor y la unidad de la Santísima Trinidad. De manera mística, San José representa a Dios Padre, María representa a Dios Espíritu Santo y, por supuesto, ¡Jesús es Dios Hijo! Durante treinta años vivian completamente desconocidos por el mundo. Eran los anos escondidos (en ingles se dice “the hidden years”). Sin embargo, estos años en Nazaret eran maravillosos y sumamente importantes. Allí el amor creció y creció continuamente. San José se volvió cada vez más santo porque su trabajo y todo lo que hacía fue hecha para Dios y para Nuestra Señora. El Inmaculado Corazón de María “guardaba todas estas cosas en su corazón” (Lucas 2:51), y su corazón ardía con una llama de amor mayor que todos los ángeles y santos combinados. Jesús permaneció con ellos durante treinta años porque no era necesario salir ni del hogar ni del pueblo para comenzar su misión. Su misión fue amor, y esta misión comenzó dentro de los confines de esa pobre casita pobre y de esa modesta aldea. Dentro de este pequeño espacio, iba creciendo la mente y el corazón del Hijo Encarnado de Dios. Su corazón humano era también divino, y su mente humano era también divino. Ese corazón y esa mente crecieron y se fueron desarrollando y expandiendo hasta que comenzaron a abrazar a toda la humanidad: “Jesús crecía en sabiduría y estatura, y en favor para con Dios y los hombres” (Lucas 2:52). En esta parroquia tenemos un Grupo Juvenil que se llama “Youth 252.” Los jóvenes escogieron este número porque es un pasaje de la Biblia. El numero “252” indica el capítulo dos, versículo 52, del evangelio de San Lucas. Este versículo describe lo que le sucedió a Jesús cuando tenía doce años de edad.
La Sagrada Familia era perfectamente sagrada, pero esto no significa que para ellos todo fuera perfectamente fácil y transcurriera perfectamente. La Biblia muestra claramente que la vida familiar de la Sagrada Familia estuvo llena de muchos días oscuros, difíciles e preocupantes. Simeón predijo que el niño tendría que enfrentar oposición y que el corazón de María sería traspasado por una espada de dolor. Tuvieron que huir atemorizados cuando asasinaron los santos inocentes en Belén. Padecieron privaciones y fueron agotados de cansancio durante su exilio en Egipto. Experimentaron incertidumbre cuando se establecieron en la pobre y oscura aldea de Nazaret. No gozaron ninguna fama o privilegio. Tenían que trabajar duro como cualquier familia de Nazaret. La escritura dice que cuando Jesús tenía doce años, lo perdieron por tres días. La tradición dice que cuando Jesús aún era joven, José murió, y que José había sido atormentado al saber que no iba a poder estar allí con su esposa cuando llegara el día de la Pasión de Jesús. La muerte de Joseph dejó un espacio triste y silencioso en su casa y en su taller. La Biblia dice claramente que la vida familiar es una gran bendición, pero que en la vida familiar hay también sombras de tristeza y dolor. El amor es un gran riesgo, pero vale la pena. Al amar, tomamos un gran riesgo, pero eso no debe desconcertar. No debemos preocuparnos al saber que nuestra vida familiar no es perfecta. Es la Voluntad Divina que vivamos juntos en familia, a pesar de todos los incertidumbres, caprichos, y tragedias. La vida familiar no es algo perfecta, pero nos lleva a la única perfección que vale: la del corazón. Por eso el Señor quiso pasar treinta años en su vida familiar, y solamente tres años en su misión pública.
Para esta Fiesta de la Sagrada Familia, tenemos una lectura muy larga del Evangelio (Lucas 2:22-40) que describe tanto las alegrías como las tristezas de la vida familiar. Se trata del misterio gozoso de la Presentación de Jesús en el Templo. Cuando María y José son gozosos cuando presentan al niño Jesús al sacerdote del templo, pero al instante se menciona los dolores del futuro: “Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios… Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: “Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma.”
Luego, el relato evangélico describe la vida de la profetisa Ana, una mujer que había intentado de encontrar la felicidad en la vida matrimonial, pero resultó viuda y pasó una vida de oración y sacrificio como una monja: “Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel.” Nuevamente vemos claramente que el matrimonio y la vida familiar no siempre es ideal. Muchas personas se casan sin experimentar una perfecta felicidad debido a la enfermedad, la muerte, separación de hijos, etc. Sin embargo, no debemos huir de la vida familiar. Hoy celebramos la fiesta de la Sagrada Familia para recordarnos que tenemos que esforzarnos en la vida familiar. Si es posible, debemos volver a la patria y a la ciudad natal y a la familia de origen. Debemos pasar tiempo de calidad con nuestra familia. No debemos ser flojos para hacer el trabajo mas difícil que es trabajar la intimidad, exigir la comunicación y construir las relaciones interpersonales. Debemos defender y promover la vida familiar que es el único lugar apropiado para criar niños, y para vivir como adultos maduros. Es en familia que los niños pueden crecer y convertirse en adultos, y es en familia que los adultos pueden practicar virtudes y crecer en madurez y santidad. Todos tienen que hacer lo que hizo la Sagrada Familia después de presentar a Jesús en el templo: “Volvieron a Galilea, a su propia ciudad de Nazaret. El niño creció y se hizo fuerte, lleno de sabiduría; y el favor de Dios fue sobre él”.
